Muchos problemas con los hábitos sexuales están relacionados con la salud mental. Uno puede ser la falta de sensación de estímulos sexuales de forma casi permanente.
Por otra parte, las ambivalencias, problemas de identidad sexual o la sexualidad no bien definida que pueden causar mucha ansiedad y angustia, miedo al rechazo en el entorno social o a la discriminación.
Los sentimientos o impulsos parafílicos, como atracción por menores, fetichismo, sadismo, masoquismo, entre otros, también pueden implicar mucho sufrimiento psíquico, independientemente de las consecuencias socio-legales que comporten.